LA MENTE DE UN NIÑO NO ES UN VASO PARA LLENAR SINO UNA LÁMPARA PARA ENCENDER
Y sin embargo, sin darnos cuenta, inconscientemente, la llenamos de emociones y aprendizajes no siempre positivos para su desarrollo armónico y feliz. Y como lo hacemos de una forma inconsciente será muy difícil que podamos cambiar esto a no ser que desarrollemos la capacidad de estar más conscientes, más presentes en nuestra vida, instante tras instante.