Mindfulness para el estrés: 5 cosas que hace el Mindfulness para aliviar tu estrés

«Si el mar de tu mente está en calma, bucea y si hay olas, surfea.»
Gururaj Ananda Yogi

El estrés en si mismo no es malo. De hecho los expertos distinguen entre dos tipos de estrés: «eustrés», que es este tipo de estrés «bueno» o positivo que nos mantiene despiertos, nos estimula y nos impulsa a avanzar en la vida. Y el «distrés» o estrés «malo» que aparece cuando la situación nos supera y nos sentimos desbordados por ella.

Cuando percibimos una situación como una amenaza, un peligro, nuestro cuerpo se pone alerta, tenso, hasta cambia la química de nuestro cuerpo al segregar hormonas como la adrenalina y el cortisol. Nuestro cuerpo, de una forma inconsciente se prepara para luchar o huir y así salvar la vida. Imagina que vas por la calle y un coche pasa demasiado cerca, enseguida salta la alarma dentro de tu cerebro y sin saber como das un salto que nunca te habrías imaginado capaz de hacer. Te quedas unos instantes con el corazón palpitando a toda velocidad, pero has salvado la vida.

El estrés es un mecanismo de supervivencia que se aloja en una parte muy profunda de nuestro subconsciente. Es una respuesta automática a una situación de emergencia en la que la vida está en peligro.

El problema en los seres humanos es que percibimos como estresantes, como amenazas y peligros, situaciones que en realidad no lo son. Y más aún, muchas veces las provocamos y alimentamos nosotros mismos con nuestros pensamientos y emociones o con nuestra actitud.

No importa si el peligro es real o no, si la causa es externa o interna, cuando percibimos una situación como una amenaza, el sistema se activa.

Si los mecanismos del estrés se activan muy a menudo o durante períodos de tiempo largos, aparece lo que llamamos estrés crónico. Nuestro cuerpo está inundado permanentemente por las hormonas del estrés. Estamos tensos, irritables y cualquier tontería hace saltar otra vez la alarma del peligro activando el sistema de lucha o huida. Esta situación mantenida en el tiempo puede llevarnos al agotamiento psicológico, o incluso al colapso nervioso o síndrome burnout, la sensación de que somos incapaces de funcionar en la vida cotidiana. Por otra parte, el estrés crónico es fuente de numerosas enfermedades que, a su vez, aumentan el nivel de estrés agravando aún más la situación.

¿Cómo salir de este bucle que se realimenta a si mismo?

El Mindfulness es fuente de paz mental

No lo digo yo, lo dicen los científicos que han hecho numerosos estudios sobre los efectos del mindfulness en el cuerpo y en la mente de los meditadores.

Alguno de estos estudios realizados por científicos de primer nivel, como Jon Kabat-Zinn, que en su estudio Effectiveness of a meditation-based stress reduction program in the treatment of anxiety disorders, concluye que un entrenamiento grupal en mindfulness puede reducir eficazmente los síntomas de ansiedad y puede ayudar a mantener estas reducciones en pacientes con trastorno de ansiedad generalizado.

¿Cómo el Mindfulness te ayuda a reducir el estrés?

La práctica del Mindfulness pone su énfasis en la observación desapegada y ecuánime, pero amable, de la experiencia del instante presente, instante tras instante.

1.- La práctica del Mindfulness te ayuda a traer tu mente al instante presente.

Vivir anticipándose al futuro es fuente de ansiedad. Todos hemos podido experimentar ansiedad ante la incertidumbre de lo que nos depara un futuro desconocido. Podemos llegar a experimentar miedo, incluso pánico y quedarnos paralizados ante un futuro incierto y que muchas veces imaginamos terrible.

Otra manera de vivir con ansiedad el futuro es pensar constantemente en la lista interminable de cosas que hacer y que no se acaba nunca. Esto te hace sentir desbordado, aumenta tu nerviosismo y no te deja centrarte en lo único que puedes hacer en realidad que es lo que estás haciendo en este preciso instante.

2.- La práctica del Mindfulness te ayuda a centrar tu mente en una sola cosa cada vez.

Porque, desde luego, está bien y es importante planificar tus tareas y obligaciones, y para hacer esto necesitas instalarte un ratito en el tiempo futuro. Pero una vez que has planificado, cuando empiezas a realizar una tarea, hacerla repasando constantemente todas las cosas que te quedan por hacer, solo sirve para generarte ansiedad y además te está distrayendo de la tarea que realizas. Centrarte en una sola tarea cada vez, no sólo te ayuda a vivir más tranquilo, sino que te vuelve más eficiente.

3.- Con la práctica del Mindfulness entrenas la observación desapegada y ecuánime.

Aprender a dar un paso atrás y tomar distancia tus propios problemas para poder observar con ecuanimidad te ayuda a comprender los mecanismos que disparan tu estrés. Fíjate que cuando se trata de los problemas de los demás tenemos mucha facilidad en ver clara la solución a estos problemas. Pero cuando se trata de nuestros problemas, la implicación emocional que suponen y nuestras propias creencias nos impiden ver con claridad.

Aprender a observar con ecuanimidad tus propios pensamientos, emociones y tu actitud te ayuda a ver que muchas veces eres tu mismo quien provoca tu estrés. También te ayuda a observar las respuestas automáticas a las situaciones de estrés, como paralizarte, escapar o agredir, que te impiden afrontar realmente el problema. Observar con una mente neutra, sin prejuicios, te ayuda a ver donde te estás engañando a ti mismo. Y comprender es fundamental para poder enfrentarte a las adversidades con éxito, superarlas y salir de ellas fortalecido y mejor que antes.

4.- La práctica del Mindfulness te lleva a practicar la bondad y la amabilidad.

La observación amable y bondadosa de tus circunstancias te ayuda a comprender. Fíjate que cuando te enfrentas a tus problemas o conflictos desde el juicio y la crítica, no estás intentando comprender, estás atrapado en tus propios pensamientos y creencias de como deberían ser las cosas. No tienes la mente abierta a que las cosas puedan ser diferentes de como tu crees que son y esto te impide comprender. Hasta que no comprendas profundamente los mecanismos de tus circunstancias y que papel juegas tu en ellas, no serás capaz de cambiarlas.

Además, ser más amables, bondadosos, incluso amorosos con los que te rodean es fuente de interminables momentos de bienestar y felicidad. Y aprender a ser más amable y bondadoso, también contigo mismo te ayuda a llevar un estilo de vida menos estresante y más saludable.

5.- La práctica del Mindfulness te ayuda a desarrollar la paciencia, la confianza y la aceptación, pero también la alegría y el bienestar personal.

La práctica del Mindfulness tiene como consecuencia una mayor activación del córtex prefrontal izquierdo, la zona encargada de las emociones positivas, y una atenuación de la actividad en la amígdala, que se encarga de emociones como la rabia y el miedo. Con el mindfulness podemos cultivar una mayor resiliencia, bienestar, sabiduría y ecuanimidad frente a las situaciones estresantes.

«Una fracción de segundo dirigiendo nuestra atención al momento puede cambiar profundamente la manera como nos enfrentamos a una situación estresante.»
Jon Kabat-Zinn

Podemos fracasar muchísimas veces, pero cada fracaso forma parte del aprendizaje, así que lo que consideramos un fracaso en realidad no lo es. Cada nueva situación estresante es un reto y una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Que nos llevará a ser más ecuánimes y más creativos a la hora de encontrar soluciones nuevas y poder actuar con equilibrio y perspectiva. Y también a ser capaces de darnos cuenta de que lo pasado, pasado está y así poder recuperar más rápidamente el equilibrio mental y fisiológico para poder continuar con nuestra vida en paz.