Dolor de espalda

y la mochila emocional

Las emociones y pensamientos condicionan la postura física, pero esto también funciona a la inversa: un cambio en la postura física produce un cambio en la actitud mental y emocional.

Cada vez somos más conscientes de que nuestros pensamientos y el estado emocional en que nos encontramos condicionan nuestra manera de ver la vida.  Nuestra actitud y la manera en que nos comportamos también se ven condicionadas por pensamientos y emociones que, finalmente, condicionan toda nuestra vida entera.

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.

Cuida tus palabras porque se transformarán en actos.

Cuida tus actos porque se harán costumbre.

Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter.

Cuida tu carácter porque formará tu destino

y tu destino, será tu vida.

Mahatma Gandhi

La actitud corporal influye directamente sobre el estado mental y emocional

De lo que quizás no somos tan conscientes es que nuestra actitud corporal también cambia, según sea nuestro estado emocional. Y, lo que es más sorprendente aún, un cambio de actitud corporal también va a tener consecuencias en nuestro estado mental y emocional. Esto es tremendamente interesante, porque significa que un trabajo a nivel físico va a tener consecuencias directas sobre mi actitud ante la vida: una actitud física de expansión y apertura me llevará a un estado mental más positivo y a sentirme más seguro de mi mismo.

La postura de espalda encorvada, hombros caídos y cabeza gacha es muy frecuente en nuestros tiempos. Esto hasta cierto punto es normal, porque la vida “sucede” delante nuestro y para comer, leer, escribir y tantas actividades, nos inclinamos hacia delante. Pero la irrupción de los dispositivos electrónicos en nuestra vida ha agravado el problema, que podemos observar en personas cada vez más jóvenes. Para saber que tiempo hará, ya no miramos el cielo, ahora consultamos nuestro móvil.

También las emociones “negativas” (yo prefiero llamarlas constrictivas) nos hacen encogernos. Cuando sentimos miedo, angustia, cansancio o cuando estamos deprimidos, la espalda se redondea, el pecho se oprime y la mirada se enfoca hacia abajo. Tener la espalda encorvada también es un síntoma de “llevar una carga muy pesada en las espaldas”. El estrés nos hace encogernos y esto tiene consecuencias directas sobre nuestra salud: la capacidad respiratoria disminuye, llega menos oxígeno a los tejidos y también con la mala posición aparecen contracturas, dolor de espalda y, a la larga lesiones en la columna vertebral.

En cambio, cuando nos sentimos bien, relajados, felices y seguros (emociones expansivas) la espalda se yergue, el pecho se expande y la cabeza se levanta dirigiendo la mirada al frente.

Pero el camino inverso también es cierto: es imposible sostener una actitud triste cuando se adopta una postura expansiva y abierta.

Y no sólo lo dice Charlie Brown, según afirma la psicóloga Amy Cuddy “hemos demostrado en nuestros experimentos (que), al adoptar posturas expansivas y abiertas nos sentimos mejor y más eficaces de diversas formas. Nos sentimos más poderosos, seguros y asertivos, menos estresados y ansiosos y más felices y optimistas”

El papel del yoga en la postura

El yoga se ocupa de la salud de las personas a todos los niveles: físico, mental, emocional y espiritual y, nos proporciona maravillosas herramientas para trabajar a todos los niveles. La filosofía del yoga proclama, desde hace miles de años, que estas partes del ser humano son indisociables y se influyen mutuamente en todos los sentidos. No se puede separar el cuerpo de la mente y el corazón. Todo está relacionado.

En el yoga, el trabajo físico se realiza principalmente con las asanas, las posturas y la respiración. Y este trabajo con las posturas de yoga, tiene también consecuencias directas sobre la postura y la actitud que uno adopta ante la vida. Así el yoga nos ayuda a estar más sanos y a tener menos dolor, pero también a ser más felices en nuestra vida.

Para hacer posible este cambio físico y emocional debemos tener en cuenta estos factores:

  • Tomar consciencia de la postura corporal y cómo se ve afectada por pensamientos y emociones. Para esto contamos con las herramientas que nos brinda el Mindfulness o atención plena.
  • Cuestionar estos pensamientos y valorar si son útiles y/o eficaces. Para esto contamos con el Gnana Yoga, yoga de los pensamientos, y con la meditación. Tomar conciencia, es la parte más importante del camino hacia una nueva actitud.
  • Introducir un trabajo corporal estirando músculos acortados y descontracturando músculos sobresolicitados, para favorecer una nueva actitud corporal. Para esto el yoga trabaja desde las asanas y la respiración.
  • Utilizar la nueva postura para ayudar a generar sentimientos positivos.

En este vídeo, te comparto unos sencillos estiramientos para la parte superior de la espalda que te ayudarán a aliviar el dolor y la tensión en esta zona. Y si quieres más información sobre como realizar estos ejercicios y sobre como el encorvamiento de la espalda afecta a la salud de las cervicales, puedes leer mi artículo: Dolor cervical (cervicalgia).