Y como influye en tu dolor de lumbares…
El punto Hara es el centro vital de la persona.
En yoga es un punto capital, porque es el centro energético a partir del cual se construyen y mantienen las asanas. Al construir una asana, centramos nuestra conciencia en el Hara y desde ahí se irradia la energía para construir la asana. Para conseguir una buena alineación en las asanas necesitamos un Hara tonificado y elástico y, conciencia para activar esta energía.
Como veremos, tener un Hara sano, fuerte y flexible ayuda a disminuir el dolor en la zona lumbar. Esté centro vital, es el encargado de conectar y coordinar la parte superior e inferior del cuerpo, de estabilizar la columna lumbar y es de suma importancia para el equilibrio, tanto físico como emocional. El Hara está directamente relacionado con la respiración y las emociones. Se contrae o bloquea con las emociones negativas y dificulta la respiración. No en vano el abdomen es considerado el cerebro emocional del cuerpo humano.
El Hara se ubica de 2 a 4 dedos debajo del ombligo y a unos 3 cm de profundidad y coincide con el centro de gravedad.
Este punto vital no es estrictamente un punto, sino que se extiende a todo el abdomen formando el centro vital de la persona. El Hara es el epicentro de este núcleo central que estabiliza los movimientos, se encarga del equilibrio y regula las emociones.
Cuidar y mimar tu Hara te proporcionará estabilidad, equilibrio, y buen humor en tu vida.
Namasté.
Los músculos de tu centro
Para tener un Hara saludable necesitamos tonificar la musculatura que lo compone, de una forma equilibrada, es decir, todo el conjunto por igual. También necesitamos que estos músculos estén relajados y sean elásticos. Al mismo tiempo, es también necesario que las articulaciones que lo componen (las articulaciones de la cadera principalmente ) sean también flexibles y tengan movilidad, pero eso es un tema a tratar otro día.
El Hara está delimitado por la musculatura abdominal, en especial por el transverso, que lo envuelve como una faja de delante a atrás. Por arriba delimita con el diafragma, músculo principal de la respiración. Por debajo, el suelo pélvico sostiene las vísceras y controla los esfínteres, además de estar directamente relacionado con el placer sexual. Y por detrás, los multífidos ayudan a sostener la columna.

· Abdominal transverso
Situado en la capa más profunda de la musculatura abdominal, actúa como una faja que protege las vísceras y aporta estabilidad a la zona. Está unido a las vértebras lumbares por detrás y, cuando se contrae, estas se descomprimen liberando los discos.
Tener consciencia y saber activar correctamente este músculo es muy importante para prevenir el dolor lumbar. Cuando tenemos que hacer mucha fuerza, sobre todo en posición de flexión (como recoger un peso del suelo), el abdominal transverso actúa como una faja protegiendo las lumbares.

· Diafragma
Es el músculo principal encargado de la respiración. Cuando se contrae, desciende provocando la inspiración y cuando se relaja vuelve a su posición de cúpula y hace que vaciemos los pulmones.
La respiración está directamente relacionada con las emociones. Cuando sufrimos miedo o dolor, la respiración se suspende o se vuelve muy superficial y el diafragma entra en tensión.
Este músculo está unido por detrás a las vértebras lumbares y cuando está contracturado provoca presión y dolor en esta zona. Por esto en yoga se incide mucho en “liberar el diafragma”.
· Suelo pélvico

El suelo pélvico tiene la función de sostener las vísceras y activar los esfínteres. Cuando activamos el abdomen para estabilizar un movimiento o hacer fuerza, por ejemplo levantando un peso, tenemos tendencia a distender esta zona. Esto a la larga puede provocar problemas de incontinencia urinaria o incluso prolapsos.
Por esto es muy importante tener en cuenta este músculo cuando trabajamos nuestro centro.
· Multífidos y Cuadrado lumbar


Se encargan de estabilizar el conjunto por la parte de atrás.
Los multífidos son unos músculos pequeñitos, que pertenecen a capas profundas de la musculatura de la espalda. Se encargan de la estabilidad de la columna. Crean un entramado que une unas vértebras con otras y es gracias a ellos que nos podemos mantener erguidos.
Todos estos músculos, excepto el suelo pélvico, están unidos a la columna lumbar, así que están directamente relacionados con ella. Cuando estos músculos están tensos o contracturados crean tensiones y desequilibrios en la zona lumbar que a la larga puede acabar provocando dolor. Por esto, es también muy importante tener conciencia de estos músculos y trabajarlos para mantenerlos fuertes, compensados, fuertes y a la vez elásticos.
El yoga nos proporciona maravillosas herramientas para tomar conciencia como la atención plena y los pranayamas. También nos proporciona asanas y bandhas específicos para revigorizar está zona aportándole tono y flexibilidad.
Espero que te haya gustado esta entrada y que te sea útil.
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